La Barca
Una barca se desliza en el horizonte...
Se mece serena al vaiven de las olas en una baja marea
Delfines cabalgan a lo lejos, cual carrusel de feria...
Tomando turnos para despedir una tarde que termina
Entre risas perdidas y ecos de gaviotas, un sol de atardecer coquetea...llenando el mar de calidos destellos inquietos
Vestidas de lentejuelas, las olas traviesas juegan a acariciar una humeda arena que, timida, se escarapela
Sedienta de espuma, la orilla salada, sucumbe ante los caprichosos corcoveos del agua que la baña y la besa...
Beso a beso, se renueva la promesa de infinito...
se desdibujan las pisadas y ceden los castillos de arena...
Sonrojado, el cielo hace gala de carmin, sobre un sol gallardo que, con su toque de Midas, alardea
La tarde estalla...
Las formas se difuminan extasiadas...y se transforman en siluetas contra un naranja intenso que todo lo llena...
Trazando un luminoso sendero dorado, el sol se desploma en persecución de una luna rebelde que huye a tientas
Una discreta brisa acompaña el último aliento del dios candente, que erguido, se funde con el horizonte
Encuentro furtivo de amantes...
La inmensidad desnuda, al resguardo de un cielo que enviuda y se tiñe de ocaso
Entre nubes purpúreas flota un verde azulado que titubea y languidece... hasta sumirse en un luto intenso...
Una lúdica luna entra en escena y
El rito de la noche comienza...
La barca y su vaiven lentamente se alejan
acariciando la eternidad.....
hasta desaparecer bajo un chal de estrellas...
[Andrea LLona Barreda]